Cuando queremos cambiar de vida, usamos la expresión "¡ME VOY A REINVENTAR!", pero realmente nunca nos hemos inventado, si no que llegamos a ser un producto de lo que nos han enseñado a ser.

Cuando cambiamos todo lo que hemos hecho hasta ahora, a veces es porque las circunstancias nos obligan a ello, pero son muchas las ocasiones en las que queremos darnos la oportunidad de SER QUIENES SOMOS REALMENTE, y no quién hemos aprendido a ser .

¿Cuántas veces nos quejamos de lo que hacemos?, ¿cuántas otras nos resignamos?, ¿cuántas llevamos a cabo comportamientos acordes con la sociedad pero no con nosotros mismos?

He oído muchas veces decir a las personas, ¡SOY ASÍ, Y YA NO PUEDO CAMBIAR!, seguro que tú también lo has oído o incluso lo hayas dicho. ¿Realmente crees que no puedes cambiar?, ¿o eso es lo que nos han hecho creer?. Si pensáramos en las oportunidades que tenemos en vez de en las limitaciones, si pensáramos que podemos modificar nuestra forma de ser, si pensáramos que siempre hay algo que aprender en lugar de pensar que ya lo sabemos todo o de que ya es demasiado tarde, seguro que tu vida cambiaría.

¿Tú no tienes nada que quieras cambiar o mejorar en tu vida?, ¡seguro que sí!

Yo conocí el mundo del coaching y de otras disciplinas de crecimiento personal hace 3 años y me abrió la mente a un mundo nuevo lleno de nuevas posibilidades que nunca antes me hubiera imaginado. Empecé a conocerme mejor, a corregir conductas que con el tiempo había aprendido, a defender MI ESENCIA, a SER YO.

Con ayuda de estas disciplinas me atreví a dar el salto y dejar toda mi vida anterior para darme otras oportunidades donde pudiera desarrollar más y mejor mi potencial. Aunque el camino no es fácil, todas las experiencias vividas desde entonces no hacen más que dar valor a mi decisión y a mí misma.