Publicado por: Aurora García Alcalde


Aurora García Alcalde
A lo largo de nuestra vida pasamos por muchos momentos de incertidumbre y de dificultades, que a veces nos llevan a replantearnos nuestra forma de vivir. A veces nos sentimos con la vida "PATAS ARRIBA". Pero sin duda alguna existen 3 etapas clave en las que vivimos cambios importantes que nos obligan a pensar sobre nuestra vida y nuestro futuro y debemos elegir acerca del camino a seguir, tomando decisiones que son de especial importancia, que definirán los años venideros, y para las que la mayoría de las veces no estamos preparados.

Los tres períodos de los que hablo son:

LA ADOLESCENCIA: Este momento es el primero en el que nos enfrentamos a la responsabilidad de elegir sobre nuestro futuro. Etapa difícil para padres e hijos en la que el adolescente avanza hacia la edad adulta dejando atrás la de la niñez. Con un pie en cada uno de los estados, se siente perdido intentando encontrar su propia identidad, su lugar en el mundo, soltando los lazos que le unen a sus padres para coger las riendas de su propia vida. Confusión, contradicción, incomprensión.

LOS 40: La famosa crisis de los "40" no es un mito. Es la mitad de nuestra existencia (aproximadamente). En este punto medio de la línea de la vida solemos hacer un repaso de todo lo vivido en nuestro pasado, nuestras experiencias, nuestras decisiones y los resultados obtenidos. Comparamos lo conseguido con lo que realmente queríamos y nos volvemos a cuestionar el futuro desde otra perspectiva. Normalmente cambiamos nuestros valores, e incluso nuestras creencias, para replantear nuestros objetivos y darnos una segunda oportunidad. Como decía Alberto Sánchez-Bayo en su libro "Arqueología del talento", A esta edad tenemos que elegir entre "RENOVAR NUESTRA EXISTENCIA Y EMPRENDER UNA NUEVA VIDA O MANTENERLA ANCLADA COMO HASTA AHORA"

Aurora García Alcalde


LA JUBILACIÓN: En esta etapa de cambio tenemos que adaptarnos a la retirada de la vida laboral. Tenemos todo el tiempo del mundo y aunque la gran mayoría de las personas desean que llegue este momento para poder disfrutar y hacer lo que quieran, cuando llega el momento muchas veces no sabemos cómo afrontarlo, y no pocos se vienen abajo considerando que ya son demasiado mayores para hacer cualquier cosa. Esta período de nuestra vida supone el inicio de una etapa nueva, una nueva oportunidad para cumplir sueños, para disfrutar de lo que antes no podíamos, para enfocarnos que lo que queremos.

En todo proceso de cambio, nos encontramos con inseguridades, incertidumbres y miedos, pero también debemos tomarlo como un nuevo RETO que nos mueve a buscar nuevas perspectivas, nuevos aprendizajes y nuevas aventuras que nos mantengan vivos. ¿PERO ESTAMOS PREPARADOS?

En mis propias carnes viví los beneficios que el coaching aporta en estos momentos de cambio. Estaba en la segunda etapa de las indicadas anteriormente y me encontraba muy perdida. Justamente repasé mi línea de la vida, mi pasado, mis resultados y mi futuro esperado. Quería replantearme todo de nuevo pero empecé a entrar en un bucle en el que no encontraba soluciones. Decidí entonces contratar a un coach, cuando en aquél entonces no sabía muy bien qué era, pero me lo recomendaron y probé. Durante el proceso comprobé cómo poco a poco mis dudas se iban aclarando, fui conociéndome más a mí misma, mis miedos no sólo se desvanecieron si no que los convertí en mi fortaleza. El proceso duró 7 sesiones y tras él tenía totalmente claro HACIA DÓNDE dirigirme y lo más importante el CÓMO, con una gran seguridad y confianza en mí, con determinación.

Desde entonces defiendo esta disciplina como una herramienta esencial en los procesos de cambio y de autoconocimiento. Y recomiendo confiar en ella especialmente en estas 3 etapas de nuestra vida, sobre todo para los ADOLESCENTES, quienes aún no pueden decidir ni contratar un proceso de coaching. Una herramienta que ayudará a padres e hijos a gestionar esta difícil edad y mejorare las relaciones en casa.